El despertador no suena, y
el hecho de que no lo haga,
es como si le dieran
muchas cucharadas de azúcar a mi humor...
Todos los días suena,
menos hoy.
Es cierto que dos días de
descanso no alcanzan,
menos alcanzan cuando el
cansancio que hay que palear es de doce días
de trabajo consecutivos.
Es cómico (en verdad, no
es cómico, es terrible): Espero toda la semana el viernes,
Pensando en todo lo que
tengo ganas de hacer,
programo en mi mente idas
y vueltas, salir de compras, cocinar, mirar un DVD, leer un rato...
y lo único que alcanzo a
concretar es que el bendito despertador no suene.
Me preocupa un tanto estos
de planificar y que las ganas se borren.
Me miro al espejo:
Sostengo el dialogo y su
respuesta es cruel y certera (Igual que él):
-.Mi querida no solo
estas cansadita por no tener todo el tiempo libre que se necesita,
estas cansada porque los años no vienen solos, y a vos ya son
muchos lo que te acompañan-
Maleducado y certero él.
Muda y perpleja ante tanta
realidad, no me sobran las palabras,
lo único que cruza por mi
mente, es que cuando el muy cretino me vuelva a ver, me encontrara
sin arrugas y sonriente (si, es una venganza por tanta sinceridad),
simplemente por el
derroche de amor que mi mujer supo regalarme,
y para terminar,
hoy domingo, Día de la
madre (es decir mi día) tuve un lindo almuerzo con mis hijos y mi
“mamu”, que puede seguir levantando la copa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario