16 diciembre 2009

A CIEGAS POR LUZ

Reinaba la oscuridad de un modo tan intenso que producía temor.
Era como una noche sin luna, sin luces de ciudad lejana que permitieran una leve claridad para guiarme.
Extraña sensación.
Llegar hasta el lugar que me correspondía solo guiada por una voz amable, confiando en ese otro que nunca había visto, resultaba aun mas extraño.
Allí se despertaron esos otros sentidos, que uno tiene incorporado en forma autónoma pero no presentes.
Los sonidos…escuchar como nunca antes. Estar tan atenta a lo auditivo que se bloquea el dialogo. Es como:… o hago una cosa o hago otra, o uso un sentido o uso otro.
Música… que despertó mi estado, el sentir-(me) en un lugar sin estarlo.
Olor… café, vainilla, limón, tierra mojada.
Sabores… de verduras, hierbas y albahaca, especies, ave o carne.
No ver pero si tocar, sentir a través de la yema de mis dedos la textura y forma, otorgándole a mi imaginación… posibles objetos.
Saber que aun sin tener el sentido más preciado se puede ver desde otro lado…
Luz bendita luz, bienvenida nuevamente y descubrir que todo lo que había vivido valió la pena… pero nada tenia que ver con la realidad.
SENSACIONES… todas ellas experimentadas en un espectáculo que ofrece el Teatro para Ciegos.
Felicitaciones por esta propuesta que nos transfiere en carne propia lo que puede o no puede padecer un no vidente.

2 comentarios:

Sol dijo...

Tocar, tocar, tocar,
con los ojos cerrados,
tocar, tocar, tocar...
Tocar y sentir,
no es necesario ver.
Saludos

Mia dijo...

SOL TIENE UD RAZON NO ES NECESARIO VER PAR PODER VER EL ALMA
Y TOCAR, TOCAR A CIEGAS, PUEDE SER MAS QUE PLACETERO
BEOSO